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Un análisis detallado de la Universidad de Stanford muestra cambios a nivel microbiano, inmunológico y en el riesgo cardíaco cuando engordamos. El análisis reveló un importante cambio en el microbioma del cuerpo, el vasto ejército de microbios que nos protegen contra los gérmenes, descomponen los alimentos para liberar energía, producir vitaminas y realizar otras tareas. Pero no todos los cambios fueron consistentes en todos los participantes. Por ejemplo, las poblaciones de bacterias llamadas ‘Akkermansia muciniphila’, que se sabe que protegen contra la resistencia a la insulina, se dispararon. Esta es una tendencia que podría ayudar a comprender las dinámicas subyacentes que conducen a la diabetes tipo 2, dijeron los autores. En segundo lugar, hubo un cambio en la respuesta inmune del organismo. El estudio encontró que la vía inflamatoria del cuerpo se activa en respuesta al aumento de peso a corto plazo. La inflamación es un problema muy conocido en personas con diabetes. Finalmente, hubo un cambio en la expresión genética asociado con un mayor riesgo de un tipo de insuficiencia cardíaca llamada miocardiopatía dilatada, en la que el corazón no puede bombear sangre de manera eficiente al resto del cuerpo. Esto podría explicar, indirectamente, por qué el riesgo de ataque cardíaco aumenta con un peso adicional. Ahora las buenas noticias: el estudio halló que cuando los participantes perdieron peso, casi todos los sistemas de su cuerpo se calibraron nuevamente a sus estados originales. Sin embargo, persistió un pequeño subconjunto de cambios asociados con la ganancia de peso en la producción de proteínas y moléculas, incluso después de que los participantes hubieran perdido los kilos de más.

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